El montaje y desmontaje de uniones roscadas deben suponer poco esfuerzo y no provocar daños en el tornillo y su rosca; esto puede lograrse con nuestros lubricantes especiales. No solo facilitan el montaje y desmontaje, sino que también reducen la fricción e incrementan la fuerza de precarga.
El apriete de los tornillos implica alta tensión de superficie, fricción mixta y límite, en muchos casos velocidades de deslizamiento bajas. El lubricante debe absorber altas presiones y al mismo tiempo asegurar un rango ajustado de valores de fricción para lograr fuerzas de precarga mayores y pares de apriete consistentes. Además, tiene que comportarse eficientemente a altas temperaturas para garantizar un desmontaje no destructivo y evitar reparaciones caras y riesgos para la seguridad.